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Sarmientos. Foto: Francis Paniego (Pinterest) |
Recientemente tuve la suerte de disfrutar de una cena en el
Portal de Echaurren, de
Francis Paniego, en medio de un Ezcaray completamente blanco por una sorprendente nevada primaveral.
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Terraza del Echaurren |
Pero lo más sorprendente no fue la nieve, si
no la experiencia increíble que brinda en su casa este cocinero que, en mi modesta opinión, es uno de los que más proyección tiene del panorama nacional y está en un momento dulce.
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Cuento "Un paseo por Ezcaray de la mano de El Portal de Echaurren" |
El cuento-menú, escrito en relatos por plato por Nadia Lafuente e ilustrado maravillosamente por Rebeca Jiménez, te pasea no sólo por la cocina de Francis, sino por todos los alrededores de Ezcaray. Comenzando por una hoguera de sarmientos, él siempre ejerciendo de riojano, que podéis ver en la foto que encabeza este post.
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La lana. Uno de los elementos más típicos de Ezcaray reinterpretado en un plato delicioso. Foto: Francis Paniego (Pinterest) |
Procuraré contaros todo sin desvelar el cuento, porque no me gustaría que os perdierais la experiencia de vivir una comida diferente. Sólo os contaré que lloverán croquetas, pasearéis por un bosque de hadas, hablaréis con una trucha que añoraba el mar, que incluso puede verse desde la Sierra de la Demanda, comeréis lana, os engañarán con trampant-ajos y con chuletillas que aparecen entre el humo y que no son lo que parecen.
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Chuletillas al sarmiento versión Portal de Echaurren. Foto: Francis Paniego (Pinterest) |
Los postres merecen mención aparte. Porque el viaje no termina hasta que sientes el hielo rompiéndose para llegar a una torrija deliciosa. También podrás, como cuando eras niño, robar huevos de un nido, pero el sabor te sorprenderá y te hará viajar muy lejos. Y podrás derribar un muro de chocolate y helado.
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Bajo el hielo, la sorpresa. Foto: Francis Paniego (Pinterest) |
No sé si soy capaz de transmitir la gran experiencia que es una comida en este restaurante, con este concepto innovador, onírico y delicioso. Creo que hay que vivirlo. Que las fotos de los platos (he preferido usar
las de Francis que las de mi móvil, por razones obvias) no transmiten las sensaciones y la experiencia que se vive en este restaurante. Gracias Francis por ser una cuentacuentos maravilloso.
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